viernes, 17 de febrero de 2012

Se les ve el culo

No lo explican bien. Siempre lo presentan por el lado más bonito. Más dulce. Más suave, más escondido, pero si se analiza bien, se ve el lado más oscuro. Más duro. El que menos se quiere mostrar.
Se les ve el culo.
Muchas veces me he preguntado porqué tantos políticos esconden la verdad. Decir mentiras (o esconder la verdad) forma parte de la manera de hacer política hoy.
Ya hemos llegado a unos extremos ridículos (como esta imagen que tomé en un bonito día este verano pasado). Cuando el político de turno dice: "Nuestros bancos son los más saneados de Europa" lo mejor que puedes hacer es ir a sacar tu dinero y guardarlo en casa. Cuando argumentaban que había que desalojar la Plaça de Catalunya para "limpiarla" hay que buscar otras razones que les impulsan a ser tan cívicos y preocupados por la higiene del pueblo.
Ahora, en este extremo invierno del 2011/2012, los vientos políticos se hacen notar de forma muy dura. Nos dicen que hay que apretarse el cinturón. Que hay que reducir inversiones y que hay que recortar gastos… pero lo que están haciendo es eliminar derechos.
Y además los recortes van dirigidos hacia "los de siempre", es decir, hacia aquellas personas que "lo tienen más duro". Las personas mayores que reciben una pensión de miseria. Aquellas que no pueden encender las estufas más de un par de horas al día ya que su pensión de menos de 500 euros al mes no les permite más. A aquellos que han sido expulsados de sus casas por los bancos que sólo persiguen ganar más dinero que el ejercicio anterior. A aquellos que, por su diversidad funcional, están arrinconados de la sociedad, entre otras cosas, por no poder tener las mismas oportunidades que el resto de los ciudadanos al carecer de unos servicios básicos como pueden ser un AP (Asistencia Personal) y un pequeño hogar digno.
Ahí están, pisando nuestros derechos.
Esos políticos que cada 4 años prometen y que cada legislación incumplen.
Y donde prometen, después olvidan.
Donde dijeron "NO subiremos los impuestos", a la semana de ostentar el poder repiten el eslogan pero quitándole el NO. Un pequeño cambio.
Que deciden construir aeropuertos sin aviones, manteniendo los gastos militares para dar de comer a grandes barrigas y relucientes medallas, trenes de alta velocidad en vías muertas…
Pero aunque no se dan cuenta, se les ve el culo para su vergüenza y ante la perplejidad de todos.

Martí Ballada

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