sábado, 25 de febrero de 2012

Mi mala sombra

Según los médicos lo que a mi me pasó es muy poco común. Hasta en eso tenía que ser original. Fue de repente. Sin previo aviso. Así sin más. Una especie de infarto medular que lesionó la médula espinal. Esto sólo sucede a 1 de entre 100.000 personas (el porcentaje de lesionados medulares por accidente es mucho mayor). ¡Qué mala sombra la mía!.
Como consecuencia de esta lesión, entre otras cosas, he perdido sensibilidad y movilidad en mis piernas.
Utilizo una silla de ruedas en mis desplazamientos.
Vivir sobre una silla es más difícil. Sin duda. Pero también existe la vida sobre dos ruedas.
Es más difícil porque nuestra sociedad aún no está madura. No existe aún suficiente conciencia social. Nos ven como "al margen del resto". Como algo que sólo hay que tener en cuenta cuando, a la hora de diseñar una plaza, calle o edificio, los arquitectos (y otros profesionales) se ven obligados a cumplir las "normativas de accesibilidad". En muchas ocasiones, si éstas normativas no existieran o no fueran de obligado cumplimiento, deberíamos quedarnos recluidos en casa como sucedía antaño.
Ciertamente a personas como yo, es el entorno el que nos discapacita. Si se diseñara pensando en TODOS (aplicando el Diseño para Todos) no habrían barreras y podríamos ser más libres e independientes.
"Personas como yo" son también "personas como tú" puesto que todos podemos adquirir alguna discapacidad temporal o permanente.
Así pues lo que pido, lo que exijo, es que modifiquemos esa visión nefasta de no pensar en las personas con diversidad funcional y respetemos siempre sus derechos que son los de TODOS. En cualquier actividad. En cualquier construcción. En cualquier espacio. En cualquier circunstancia.

Martí Ballada

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