viernes, 27 de abril de 2012

Lo que no se ve

Si fuera sabio y supiera transmitir mi sabiduría (que son dos cosas muy distintas) comenzaría a escribir con una idea muy precisa sobre lo que quiero decir. Como no lo soy, sinceramente me cuesta, no sólo definir el concepto que quiero expresar, sino también, encontrar las palabras para hacerlo.

Me gustaría hablar, por ejemplo, sobre "lo que no se ve" pero que es la esencia del ser humano. Lo más importante. Aquello que está oculto a la vista pero no al corazón. Lo que nos hace más sensibles. Mejores amigos. Más personas.
Me refiero a los VALORES.

Ya no se habla de ellos. Forma parte de una manera de pensar y actuar "pasada". Hoy todo lo que no sea tangible, rentable y rápido, no nos sirve. Vamos tan deprisa que no podemos detenernos a oler, ver o coger aquellas flores que pintan nuestros campos y bosques en primavera. Lo vemos desde la autopista cuando circulamos a 120 km/h pero pasamos de largo sin detenernos.

Antoine de Saint-Exupery (1900-1944) escribió una obra universal: El Principito.
Es el viaje interior de un niño que quiere encontrar respuestas a la vida y su significado. A entender a las personas y saber y conocer su verdadera esencia. Aquello que, siendo distintas, las hace únicas. Aquello que  une a las personas y que le ayuden a encontrar la auténtica belleza que no se manifiesta a simple vista, sino que se haya en su interior.

“Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.”
Nunca dejemos de ser niños y mirar como ellos aunque ya hayamos superado la edad.

"Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada". Si más personas miraran así, el mundo sería más fácil, abierto y accesible para todos.

"No tengo derecho a decir o hacer nada que disminuya a un hombre ante sí mismo. Lo que importa no es lo que yo pienso de él, sino lo que él piensa de sí mismo. Herir a un hombre en su dignidad es un crimen" también escribió. Otra muestra de su sabiduría.

Antoine de Saint-Exupery nos enseña a dar el valor a las personas por sí mismas, y con independencia de su raza, edad, su capacidad o su discapacidad.
Valores universales a los que quiero sumarme.

En la fotografía de la fuente se demuestra que el ojo humano no percibe todo lo que está sucediendo… miles de gotas quedan suspendidas y ocultas a nuestra mirada.


Martí Ballada

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